Mireya, crónicas de la pandemia. Y se asomó de nuevo a la vida
Por Sergio Rojas
La pandemia cobró muchas vidas, miles, nunca se sabrá con exactitud la cifra de muertos por Covid en México, cada muerte significa una historia que tal vez nunca llegue a ser contada porque se ahogó en el mar de llanto arrebujado por la tristeza de los deudos, pero en cambio otras pudieron trascender debido al dramatismo que las permeó los días subsecuentes.
Son historias reales que vivieron familiares o amigos de algún protagonista que no sobrevivió a la tragedia del Covid, por lo que consideré importante plasmarlos en mi Cronicario para dejarlos como testimonio de este convulso período que aún no termina.
Se trata de la crónica de Mireya, una vida que, en este caso, alevantó el remolino de la pandemia en el año 2020, pero quien, siete meses después de su fallecimiento, convulsionó a sus familiares con un extraño acontecimiento.
Mireya no quiso dejar esta vida, sí, de hecho sabemos que nadie quiere morirse, o al menos no así, pero la pandemia agarró parejo y terminó por irse igual que otros miles de infortunados seres. Consideró injusto haber sido contagiada, ella que desde el primer día extremó precauciones porque no quería ser sorprendida por la fatalidad.
Así que opuso tenaz resistencia al infausto virus, cual guerrera de la vida, convencida de que aún le faltaban muchos años por vivir.
Sin embargo, un día su organismo no resistió más y fue vencida por el Covid. Como es de suponer, su deceso causó gran consternación en los suyos.
Sólo que una mañana Mireya al parecer decidió asomarse de nuevo a la vida, lo hizo como quien una mañana se asoma por la ventana para ver de qué magnitud es la luz del sol.
Pero, caramba, ¡qué manera de dejar testimonio del puente que conecta con el arcano! ♦
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