La clemolite, flor amarilla de cinco pétalos de Mixquic
Por: Ricardo Flores Cuevas
Nijkuikatia nititlachxtokej,
nikinkuikatia noikniuaj iuan tlaltipaktli,
tonana tlaltipaktli;
pampa tlachialistli keuak Xóchitl
uan keuak kuikatl: xochitl uan kuikatl
Canto a la vida, al hombre
y a la naturaleza, a la madre tierra;
porque la vida es flor y es canto,
es en fin: flor y canto.
Natalio Hernández
Los días de muertos están por llegar, el ambiente en los pueblos comienza a cambiar, los aromas a pan de muerto, a flor de cempoalxóchitl e incienso cada vez son más penetrantes en las calles y mercados. Se comienzan a vender las frutas de temporada: mandarina, pera, calabaza, tejocote; e incluso la caña se compra más que en otras temporadas del año.
También las flores dedicadas a los muertos comienzan a florecer. El cempoalxóchitl se siembra desde meses antes, exactamente el 16 de julio que es el día de Nuestra Señora del Carmen. Así, poco a poco con la ayuda de las últimas lluvias del año, de las semillas brotan las raíces y los tallos en los que se desarrollarán las flores de muertos.
En octubre, estas flores ya están crecidas y desde los campos en las que fueron sembradas desprenden su peculiar aroma que llega a las casas de los campesinos…
El cempoalxóchitl es la flor por excelencia con la que se ofrenda a los integrantes de nuestras familias que ya no están físicamente con nosotros, a las amistades que se nos han adelantado.

Así como las mujeres y hombres preparamos el ambiente especial de los días de muertos, pues somos nosotros quienes sembramos, cosechamos, vendemos, o compramos lo necesario para nuestras ofrendas; la tierra también se prepara para estas fechas especiales. Aparte de las frutas de temporada, en el monte crecen flores silvestres de color amarillo.

En Mixquic, a la flor amarilla de cinco pétalos se le conocía como «clemolite»; en otros lugares la nombran «clemolito». Esta flor, y otras también de color amarillo, nacen y se desarrollan después de las lluvias y antes de los fríos. La tierra se pinta con el color del sol gracias a la variedad de flores amarillas. Unas tienen más pétalos que otras, algunas tienen un tallo que sobrepasa el metro y medio de altura, otras crecen a escasos 30 centímetros del suelo.

Anteriormente, las familias de Mixquic que tenían pocos recursos económicos iban al monte por la «clemolite» para con ella decorar la tumba de sus difuntos, para la noche del dos de noviembre. Así, la gente tomaba las flores que la madre tierra ofrecía por cuenta propia para la temporada de muertos; pues ella también, desde el mes de octubre, se alista para recibir a quienes han emprendido el camino al que todos partiremos. ♦
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